Dr. Ruiz Manzano

La tuberculosis es una enfermedad ancestral que, a día de hoy, sigue cobrándose millones de vidas cada año en los países del tercer mundo. En los países desarrollados no produce una mortalidad significativa, pudiendo una persona vivir toda su vida infectada sin llegar a desarrollar la enfermedad. El doctor Ruiz Manzano, especialista en tuberculosis del Instituto de Neumología Neumoteknon, nos acerca a esta enfermedad de manera clara y directa, centrándose en los síntomas, el diagnóstico y el tratamiento a seguir.

¿Qué es la tuberculosis?

La tuberculosis es una enfermedad infectocontagiosa producida por un microbio llamado bacilo de Koch.

Cuando pronunciamos la palabra “tuberculosis” parece que nos refiramos a una enfermedad muy antigua…

La tuberculosis es efectivamente una enfermedad muy antigua. Se estima que podría estar con nosotros desde hace más de tres millones de años. La tuberculosis no solo es muy antigua, sino que además es muy prevalente. Probablemente es la enfermedad infectocontagiosa más prevalente de todas las que conocemos, y todavía constituye un gran problema de salud pública a nivel mundial, especialmente en los países no desarrollados. En los países del tercer mundo, la tuberculosis es la causa más importante de mortalidad por infección, con alrededor de 1,8 millones de personas que mueren cada año por su causa.

¿Cuál es la situación en España?

La situación en España ha sido mala durante muchas décadas y aunque actualmente la incidencia de la tuberculosis está controlada, todavía estamos a la cola de Europa en cuanto a cifras epidemiológicas. Ahora mismo la tasa de incidencia global se estima en alrededor de 10 casos por cada 100.000 habitantes en términos generales, pero si hablamos de grandes ciudades, las cifras se doblan, pudiendo alcanzar hasta los 20- 30 casos por cada 100.000 habitantes. Hace 30 o 40 años la incidencia de casos se situaba en 60 por cada 100.000. La mortalidad por tuberculosis en nuestro país ha dejado de ser un buen indicador epidemiológico por su baja frecuencia.

¿Cómo se contagia la tuberculosis?

La vía principal de transmisión es aérea, de persona a persona, pero también puede trasmitirse por vía digestiva, sobre todo en países poco desarrollados, a través de la ingesta de leche de vacas tuberculosas. Una tercera vía de transmisión sería propia de la inoculación accidental en los laboratorios donde se manejan los gérmenes de la tuberculosis.

¿Quién tiene más riesgo de contagio?

Las personas que tienen más riesgo de contagiarse son las  que están debilitadas, ya sea por sus hábitos tóxicos (alcoholismo, drogadicción, tabaquismo), o  por tener enfermedades crónicas tales como sida, diabetes, cáncer de todo tipo, tratamientos inmunosupresores etc.

¿Contagiarse significa enfermar o puedes contagiarte y no enfermar, o enfermar al cabo de un tiempo?

La persona que se contagia de tuberculosis inicialmente desarrolla una infección que no necesariamente acaba desarrollando la enfermedad tuberculosa. Entendemos “infección” como un estado latente de la enfermedad que, a lo largo de los años, puede activarse y provocar que progrese a enfermedad.

Una persona puede infectarse de tuberculosis y vivir toda su vida sin desarrollar la enfermedad. Si en algún momento tiene lugar una situación que disminuye sus defensas inmunológicas, el bacilo de Koch, que permanece “dormido”, puede “despertarse” y proliferar en el organismo hasta desembocar en la presentación de la tuberculosis enfermedad.

¿Cuáles son los principales síntomas?

La tuberculosis es una enfermedad generalizada que puede afectar a cualquier parte del cuerpo, pero en el 90% de los casos afecta a los pulmones. Por una parte, se dan síntomas generales, inespecíficos, básicamente fiebre no muy elevada (febrícula) y síndrome tóxico (pérdida de peso, pérdida de apetito y cansancio). Y, por otra, los síntomas específicos que dependen del órgano afectado. Cuando se trata de los pulmones, lo más frecuente es que haya tos, expectoración  de mucosidades  que pueden o no, contener restos de sangre (hemoptisis).

¿Cómo se diagnostica la tuberculosis?

Para diagnosticar la tuberculosis hay que distinguir entre la infección y la enfermedad. La infección se diagnostica mediante las pruebas de la tuberculina, que es una inyección que se pone a nivel de la piel, o bien técnicas de interferón gamma que se determinan en muestras de sangre. Cuando son positivas se considera que el paciente está infectado por tuberculosis. Para saber si hay enfermedad se tiene que aislar el bacilo de la tuberculosis en las muestras biológicas: esputo, si es una tuberculosis pulmonar; sangre, si la tuberculosis es diseminada; o en orina, si la tuberculosis es renal, y así en cualquier fluido u órgano del cuerpo humano.

¿Cómo se trata al paciente en cada caso?

Si tratamos la enfermedad utilizamos una asociación de varios fármacos durante un periodo prolongado. Lo habitual, si es una tuberculosis inicial que no se ha tratado antes y que no se sospecha que pueda ser resistente, es utilizar entre tres y cuatro fármacos asociados durante 6 meses.

Si hablamos de infección, lo que queremos es impedir que el paciente desarrolle la enfermedad, entonces lo que hacemos es un tratamiento preventivo con un solo fármaco.

¿Es la resistencia a los antibióticos un problema para tratar la tuberculosis?

A nivel mundial la tuberculosis resistente a fármacos es un problema muy importante y muy grave de salud pública, porque puede poner al paciente en una situación en la que no se disponga de medicamentos para realizar un tratamiento adecuado. Esto está sucediendo por ejemplo en países como Rusia y las antiguas repúblicas socialistas soviéticas, la India, Filipinas, África del sur… Afortunadamente en España el nivel de tuberculosis resistente a fármacos es bajo.

¿Si una persona con tuberculosis contrae la COVID-19, tiene mayor riesgo de complicaciones o de mortalidad?

La sintomatología de la tuberculosis y la infección por COVID-19 puede ser muy parecida, lo que nos puede inducir a confusión entre ambas enfermedades. La experiencia sobre infección por COVID-19 en pacientes con tuberculosis es limitada, pero se estima que las personas con tuberculosis que contraigan la infección por coronavirus pueden tener peores resultados terapéuticos, sobre todo si se interrumpe la medicación antituberculosa.

¿Cuándo es aconsejable ir al médico?

A nivel de enfermedades respiratorias, si una persona tiene tos y o expectoración durante más de 15 días, sin causa justificada, debe acudir a su médico para le haga una radiografía de tórax como media inexcusable para descartar que no hay una enfermedad subyacente seria, que podría ser tuberculosis.