El Instituto de Neumología Neumoteknon se encuentra ubicado en el prestigioso Centro Médico Teknon de Barcelona, un centro hospitalario reconocido internacionalmente como uno de los mejores hospitales del mundo en atención médica y cobertura hospitalaria. El equipo médico está formado por cinco especialistas que han trabajado intensamente en equipos multidisciplinares durante esta emergencia sanitaria para hacer frente a la COVID-19, en colaboración con el sector público. En esta entrevista hablamos con las doctoras Mª Teresa Melgosa y Sandra Pizarro, que han ofrecido asistencia clínica desde el inicio de la pandemia. Nos explican cómo se han enfrentado desde Neumoteknon, qué tipo de pacientes han atendido, la relación entre patologías respiratorias y COVID-19, así como las secuelas de la enfermedad. Nos acercan al día a día de la consulta en estos momentos de rebrotes en Cataluña y de periodo vacacional, recordándonos las medidas para protegernos y conseguir, entre todos, frenar la curva de contagios.

¿Cómo se han enfrentado a la pandemia de la COVID-19?

Mª Teresa Melgosa: Como Neumoteknon y servicio de neumología que somos, llevamos desde el inicio de la pandemia proporcionando asistencia clínica, tanto la doctora Sandra Pizarro como yo. Para hacer frente a la situación, se formaron equipos con profesionales de otras especialidades, y yo concretamente lideraba uno de estos equipos, 12 médicos entre los que había cardiólogos, internistas, endocrinos, neurólogos… diferentes especialistas que dimos atención a todos los enfermos que estuvieron hospitalizados. Inicialmente eran ingresados por la COVID-19 y posteriormente, según fue evolucionando la pandemia y los casos, se formó un equipo de neumología que dio atención como una unidad de semicríticos respiratorios a todo paciente que necesitaba ventilación mecánica no invasiva o que salía de la UCI y requería cuidados específicos. El resto del equipo de Neumoteknon estuvo dando atención en la consulta, contestando llamadas y e-mails.

Sandra Pizarro: Hemos atendido a pacientes particulares; de la privada, que venían de mutuas; y de la pública, procedentes del Hospital Clínic. Todas las plantas, excepto un espacio reservado a embarazadas y a otras patologías, se dedicaron a la atención de personas con COVID-19. En una primera etapa áreas como quirófanos o reanimación se reconvertían en UCI. Luego, en una segunda fase y a medida que aprendimos a tratar mejor la enfermedad, bajó la mortalidad y la incidencia y pacientes ingresados en la UCI. La doctora Mª Teresa Melgosa y yo hemos estado en planta, y los doctores Juan Ruiz Manzano y Josep Morera han cubierto las necesidades de consulta a través de teléfono y el correo electrónico para que los pacientes crónicos no quedaran desatendidos y para orientar y dirigir a personas con síntomas de la COVID-19 de la mejor manera.

¿Cómo es el perfil del paciente de COVID-19 que han atendido?

Mª TM: Al principio de la pandemia personas de mediana edad, no tan alta como se decía. Posteriormente pacientes de edad más avanzada provenientes de residencias.  El perfil fue cambiando a lo largo de las semanas.

SP: Las dos o tres primeras semanas era gente joven, de 40 a 60 años, sin patologías previas. En una segunda fase, cuando las competencias de las residencias se trasladaron a la Generalitat, el perfil de paciente que recibíamos cambió y llegaba mucha gente mayor.

¿Cómo han vivido esta situación a la hora de conciliar la profesión y familia?

SP: Ha sido muy duro, sobre todo al principio, porque he trabajado muchas horas muchos días seguidos, incluidos los fines de semana. Era una sensación de no parar, y cuando llegaba a casa, dos niñas pequeñas me esperaban. A pesar de que en nuestra clínica hemos tenido la suerte de que no nos han faltado materiales de protección, al llegar a casa tenía miedo de contagiar a mi marido, a mis hijas o a sus abuelos. Además, no ha sido fácil compaginar la vida laboral con la familiar durante el confinamiento, porque mis hijas tenían que quedarse en casa y alguien tenía que cuidar de ellas. Yo estaba en el hospital y mi marido en casa con las niñas teletrabajando.

¿Cómo valoran la colaboración entre sector público y privado?

Mª TM: Ha funcionado muy bien desde el principio. El Institut Català de la Salut (ICS) contactó con nosotros para que asumiéramos casos de la sanidad pública. Hemos visitado con la misma calidad a pacientes que venían de manera particular, de aseguradoras que están en convenio con la clínica o pacientes que el ICS nos remitía el Hospital Clínic de Barcelona. A pesar de la importante labor que hemos realizado en colaboración con el ICS, los medios de comunicación no la han visibilizado. Son muchos los profesionales del sector privado que han trabajado duro, ya sean enfermeros, auxiliares, farmacéuticos, personal de limpieza, administración, etc.

SP: Efectivamente, la labor del sector privado ha sido imprescindible para tratar a pacientes que no habían podido ser atendidos en hospitales de salud públicos, aunque los medios de comunicación no lo han visibilizado, ni en Cataluña ni el resto de España, porque hay que destacar la colaboración entre sector público y privado ha sido a nivel nacional.

¿Ha afectado más la COVID-19 a personas con patologías pulmonares previas?

Mª TM: Nos ha sorprendido que pacientes respiratorios de riesgo no han estado hospitalizados durante este tiempo. Creemos que esto se debe, en parte, a las medidas preventivas de aislamiento anticipado que hemos aconsejado.

SP: Pacientes con EPOC, asmáticos y otras personas con enfermedades pulmonares no han ingresado especialmente durante los meses más duros de la pandemia. Sabían que si se contagiaban tenían riesgo de complicaciones.

¿Ha afectado más a fumadores?

SP: No hemos visto una relación importante en el caso de fumadores.

¿Han detectado relación entre alguna patología concreta y un peor pronóstico de la COVID-19?

SP: Los pacientes con obesidad o con hipertensión arterial son los que peor evolucionaban y los que han acabado en la UCI.

¿Cuáles son las claves para el tratamiento de esta enfermedad?

Mª TM: Desgraciadamente no tenemos un tratamiento efectivo contra la COVID-19. Hasta ahora los tratamientos que tenemos consiguen disminuir la mortalidad, la celeridad y acortar la estancia, pero no tratarlo. Lo importante es prevenir para no llegar a tener la neumonía por la COVID-19. Aquí las medidas están repetidas constantemente: uso de mascarilla, distanciamiento social e higiene de manos. Esto es lo que hará disminuir el número de casos.

SP: A la respuesta añadiría que los fármacos que han salvado vidas durante esta pandemia han sido los corticoides y los inmunosupresores (Tocilizumab).

¿Será la vacuna una solución?

Mª TM: Todo el mundo está esperando la vacuna, porque permitirá la frenar la difusión del virus, pero hay que tener en cuenta que una cosa es el lanzamiento y otra que esté disponible para un amplio número de personas. Será necesario personal sanitario que la administre y definir qué población es prioritaria. Todo esto necesitará un tiempo.

SP: Coincido con la doctora Melgosa. Hablar de vacuna no es solo dar con ella sino producirla y hacerla llegar a la población.

¿Qué sabemos de la inmunidad?

Mª TM: Hay pacientes que inicialmente tenían una dosis de anticuerpos elevada, pero en sucesivos análisis no se les han vuelto a detectar y, por tanto, no sabemos si pueden volver a contagiarse. Creemos que la inmunidad seguirá funcionando, pero no se sabe con seguridad si se pierde o se conserva y, por tanto, hay serias dudas de lo que puede ocurrir. Si estas personas vuelven a contagiarse, la enfermedad puede ser más leve, pero hay grandes incógnitas al respecto. A los pacientes que han pasado la enfermedad les pedimos que sigan manteniendo las medidas de protección. Haber pasado la COVID-19 no significa ser inmune para siempre.

¿Cómo están viviendo la situación ahora, ante los últimos rebrotes?

Mª T M: Con miedo por ver que sucederá en las próximas semanas. Cada vez tenemos más consultas de pacientes que son casos positivos. Aunque parece que se trata de casos leves y asintomáticos, van incrementándose los ingresos en los hospitales, y es previsible que en las próximas sigan haciéndolo.

SP: Evidentemente con preocupación, porque lo que hemos vivido ha sido muy duro. Ahora estamos viendo casos de gente joven, de 20 a 30 años, que como explica la doctora Melgosa, lo pasan de una forma leve. Es muy importante tener en cuenta que estas personas jóvenes lo pasan de manera leve, pero que tienen padres, abuelos, o son familiares de personas con patologías que pueden contagiarse y que seguramente requerirán un ingreso. Si esto empieza a suceder, el sistema sanitario puede volver a colapsarse. Los sanitarios estamos agotados, tanto física como mentalmente, aunque estoy segura de que si se producen rebrotes seremos capaces superarlo de nuevo. Preocupa bastante qué pasara a partir de septiembre con la gripe.

¿Cómo diferenciaremos una gripe de la COVID-19?

Mª TM: En el momento epidemiológico que conviva la gripe y la COVID-19 será muy difícil diferenciar una enfermedad de otra, de ahí que se esté empezando a hacer insistencia en tratar de vacunar al mayor número de pacientes de la gripe, ya sea población mayor de 65 años, pacientes de riesgo o personal sanitario. Esto serviría para, al menos, tratar de inmunizar a una parte de la población de la gripe y no tener tantos problemas con la COVID-19.

¿Qué tipo de consultas realizan los pacientes en estos momentos?

Mª TM: Después de toda la afectación de ingresos, nuestros pacientes respiratorios tenían miedo de venir a la clínica y disminuyó un poco el volumen de consultas. Esto nos permitió priorizar a pacientes postcovid.

SP: Cuando hablamos de pacientes postcovid nos referimos a todos los que han pasado la enfermedad en la UCI o en casa y tienen neumonías bilaterales, ahogo, opresión en el pecho… Como decía la doctora Melgosa, estas son las principales consultas que estamos atendiendo. También aquellas de pacientes crónicos nuestros habituales que vienen porque desde el mes de febrero nadie les ha hecho ningún control.

¿Las consultas son online o presenciales?

Mª TM: Durante la pandemia hemos atendido muchísimas consultas telefónicas y online, pero ahora aconsejo la visita presencial. A nivel respiratorio, no solo es suficiente una descripción de los síntomas, sino que es necesario auscultar al paciente. La visita presencial nos permite obtener mucha más información.

SP: Muchos pacientes tienen miedo todavía y les atendemos por teléfono o vía e-mail. Personalmente, a los crónicos estables y a los que vienen a buscar una receta les digo que se queden en casa y que no se expongan. No obstante, la consulta presencial es imprescindible en casos de asmáticos, por ejemplo, que se encuentran muy mal, y que tienes que ver para saber qué les pasa.

¿Qué secuelas deja la COVID-19 en las personas que se han contagiado?

SP: Hay personas que han estado ingresadas en la UCI durante un mes y que presentan importantes secuelas a nivel físico, como pérdida de masa muscular o limitación funcional. También consecuencias a nivel psicológico, por el impacto emocional que conlleva. Estamos viento también casos de personas con problemas neurológicos: cefaleas, embolias, pérdida de fuerza y sensibilidad. A nivel pulmonar, menos de las esperadas, aunque muchos pacientes están en tratamiento con corticoides y mejoran poco a poco.

¿Realizan pruebas de diagnóstico de la COVID-19?

Mª T M: LA PCR se realiza en casos de sospecha de infección activa y la serología sirve para ver el estado inmunológico actual de la persona. Actualmente las aseguradoras están cubriendo las PCR de urgencias o de ingreso, no de síntomas leves o de consulta. Desde mi punto de vista, ante la más mínima duda de que el síntoma puede ser de COVID-19 hay que hacerse la PCR. Si se ha estado con una persona con clínica sospechosa y ha sido un conctacto de más de una hora de duración, un contacto próximo, también se sería necesario realizarla, debería ser mandatorio.

SP: Personalmente creo que hay personas muy desamparadas que han pasado la enfermedad en su casa como han podido, realmente mal, y sin que nadie les haya realizado ninguna prueba. Estas personas vienen a nuestra consulta para saber si han tenido la COVID-19. Nosotros les realizamos una serología y, en función del caso, pruebas de imagen y de función respiratoria. Las personas que dan positivo pueden seguir contagiando incluso un mes después de haber tenido la enfermedad, así que en estos casos realizamos PCR. Son casos de seguimiento postcovid, no casos de sospecha. Si alguien llama para una primera visita porque tiene un compañero de trabajo que ha dado positivo y quiere venir a hacerse la prueba lo derivamos al ambulatorio.

¿Qué recomendaciones dan a las personas que viajan este verano?

Mª TM: El sector turístico está extremando las precauciones para evitar los contagios. Antes de viajar, cerciorarse de que en el hotel se han tomado medidas de limpieza, higiene, distanciamiento social necesarias, es decir, que realmente se cumplen las medidas de seguridad. Una cosa es ser precavido y otra ir con miedo y dejar de actuar. Además de plantearnos el contagio, deberíamos pensar si vamos a poder afrontar una situación de rebrote o confinamiento en la zona a la que viajamos. ¿Qué pasará si me quedo confinado en un hotel o en una localidad?, ¿voy a poder volver a casa?

SP: Hay muchas personas que quieren ir a ver a los abuelos este verano y nos preguntan qué tienen que hacer. Lo que aconsejamos es seguir las precauciones establecidas: ponerse la mascarilla, mantener la distancia social y lavarse las manos con frecuencia, tanto si han pasado la enfermedad como si no, porque, aunque la hayas pasado, no sabes cuánto tiempo dura la inmunidad. Muchas personas preguntan si es necesario hacerse una PCR para ir a ver a su familia, y les decimos que la PCR te la puedes hacer hoy, pero mañana contagiarte. Por tanto, lo más importante es seguir las medidas de protección que todos conocemos.

¿Quieren destacar algo más?

Mª TM: De nuevo, reiterar la excelente colaboración entre sector público y sector privado, destacando la labor que han realizado todos los profesionales de la salud para enfrentar este virus, a pesar de que el trabajo del sector privado no se haya visibilizado lo suficiente durante la crisis sanitaria.

SP: A pesar de lo duro que ha sido abordar esta enfermedad desde el punto de vista de la patología, me quedaría con la parte humana, es decir, el optimismo, motivación y compañerismo que ha habido entre las personas de los equipos multidisciplinares que se han formado. Las relaciones y las personas que hemos conocido compensan todo lo horrible que hemos vivido.

Dra. Mª Teresa Melgosa

Dra. Sandra Pizarro