Una dieta equilibrada que incluya una ingesta alta de frutas, verduras y pescado reduce el riesgo de desarrollar enfermedades pulmonares, especialmente asma y EPOC. Actualmente existe evidencia científica que respalda el papel de los alimentos en el origen y desarrollo de las enfermedades respiratorias.
Asma: ¿qué alimentos comer?
Algunas investigaciones sugieren que frutas y verduras, y determinados nutrientes, como las vitaminas A, D y E y minerales como el zinc, protegen contra el desarrollo y progresión del asma.
Existen estudios que indican que los niveles bajos de vitamina D en niños pequeños pueden predisponer a desarrollar asma o alergias durante la vida.
Alimentos que ayudan a la EPOC
El principal factor de riesgo de EPOC en el mundo desarrollado es el tabaquismo, pero hasta un tercio de los pacientes con EPOC, especialmente en los países en desarrollo, nunca ha fumado, lo que implica que otros factores también son importantes. La dieta es probablemente uno de esos factores.
Existe evidencia de que una alta ingesta de alimentos procesados puede acelerar el deterioro de la función pulmonar, y comer una gran cantidad de carnes crudas se asocia con un ingreso hospitalario más frecuente por EPOC.
Una dieta rica en frutas, verduras, pescado y productos integrales podría reducir la probabilidad de desarrollar EPOC. Otros estudios sugieren que un aumento de fibra puede reducir la incidencia y los síntomas de la EPOC.
Alimentos contra el cáncer de pulmón
El cáncer de pulmón es la principal causa de muerte relacionada con el cáncer en todo el mundo en los hombres y la segunda causa más común en las mujeres. La evidencia disponible sugiere que un alto consumo de frutas y verduras reduce el riesgo de cáncer de pulmón en un 20-30%, tanto en fumadores como en no fumadores.
Malnutrición y enfermedad pulmonar
La malnutrición, es decir, las carencias, excesos y desequilibrios de la ingesta calórica y de nutrientes de una persona pueden influir en el origen y desarrollo de las enfermedades respiratorias. Por ejemplo, hay estudios que demuestran que un índice de masa corporal bajo en personas con EPOC es un predictor de malos resultados, y a la inversa, tener un sobrepeso leve puede tener algunos efectos protectores en casos graves.
La obesidad es un factor de riesgo importante para la apnea obstructiva del sueño y se observa entre el 60 y 90% de las personas con esta afección. La pérdida de peso y los cambios en la dieta pueden ser una forma eficaz de reducir los síntomas asociados, según los expertos.
También hay cada vez más pruebas y estudios que aseguran que las personas con obesidad pueden tener mayor riesgo de asma.
Otros estudios aseguran que la desnutrición puede desempeñar un papel clave en la fibrosis quística. Por ello, controlar la dieta y el peso de las personas con fibrosis quística ayudaría a prevenir más complicaciones.
Alimentos saludables para los pulmones
Los alimentos ricos en antioxidantes son claves para proteger la salud pulmonar, ya que pueden contrarrestar el daño causado al cuerpo por el estrés oxidativo:
- Las frutas cítricas (naranjas, limones y pomelos) los kiwis, el brócoli y los pimientos verdes son fuente de vitamina C.
- El germen de trigo, las almendras y los cacahuetes contienen vitamina E.
- Albaricoques, mangos, zanahorias, pimientos y espinacas contienen betacaroteno.
- Los tomates son fuente de licopeno.
- Cereales, nueces, carnes y mariscos contienen selenio.
Consumir alimentos ricos en magnesio, como nueces, cereales, semillas, zanahorias, espinacas y mariscos es esencial para una buena salud. El magnesio puede ayudar a relajar el músculo liso de las vías respiratorias y ayudar a controlar la respuesta del cuerpo a las infecciones.
Comer pescado azul, mariscos, soja y verduras de hoja para asegurar la ingesta de ácidos grasos omega-3. Los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 son esenciales para la buena salud, pero son deficientes en la dieta de la mayoría de las personas. Los ácidos grasos omega-6 también son esenciales, pero se consumen en exceso.
La proporción ideal de omega-6 a omega-3 en la dieta es de 4 a 1. Sin embargo, en la dieta moderna promedio la proporción es más cercana a 20 a 1. Lo ideal es no consumirlos en exceso.
Fuentes de información