Practicar deporte en primavera genera sensación de vitalidad y optimismo y disminuye la tensión y el estrés, aunque para las personas con alergia puede convertirse en una auténtica molestia. La situación es todavía más compleja en el caso de los pacientes con asma, ya que el polen presente en el ambiente puede desencadenar una crisis asmática.

La buena noticia es que la práctica deportiva y las enfermedades alérgicas no son incompatibles, sino más bien todo lo contrario. Practicar deporte fortalece la musculatura del tórax, produciendo una mejoría de la función pulmonar y cardiorrespiratoria. No obstante, es importante llevar el control adecuado y seguir las recomendaciones del médico especialista en neumología.

Algunos deportistas de élite, incluidos medallistas de oro olímpico y ganadores de tours tienen asma, sin que esto les haya impedido competir.

Asma bronquial

El asma bronquial es una enfermedad que se caracteriza por un estrechamiento de las vías aéreas, principalmente de los bronquios. Esta alteración dificulta la respiración, provocando opresión torácica, tos y ruidos en el pecho (sibilancias). Una vez superado el episodio, el estrechamiento desaparece y el paciente vuelve a encontrarse bien. Cada uno de los episodios se denomina “crisis asmática”.

Un importante porcentaje de casos de asma bronquial se deben a una causa alérgica. Los alérgenos que con más frecuencia producen asma bronquial son los ácaros del polvo, los pólenes, los hongos y los epitelios de los animales (gato, perro, caballo, etc.).

Asma y deporte

El paciente con asma bronquial alérgica puede desarrollar los síntomas al realizar deporte, no dependientes de esta actividad sino de las condiciones ambientales que la rodean. Por ejemplo, el paciente con asma bronquial por hipersensibilidad a pólenes que practica running o ciclismo en espacios abiertos durante los meses de polinización, o el paciente con asma bronquial por hipersensibilidad al epitelio de caballo que practica la equitación.

Deporte para asmáticos

De manera normal, al hacer ejercicio, la mucosa de los bronquios se deshidrata y provoca un estrechamiento de los mismos. Si el deporte se realiza en ambientes fríos o secos, mayor es la pérdida de agua. Por eso, los deportes que se realizan en ambientes fríos o secos, como el esquí o el hockey, tienen mayor riesgo para los pacientes asmáticos que los que se llevan a cabo en ambientes templados y húmedos, como la natación en una piscina climatizada.

En el caso del paciente asmático también se desaconsejan deportes de alta intensidad, ya que la ventilación por minuto intensa puede aumentar la deshidratación de las superficies de las vías respiratorias y causar cambios en el flujo sanguíneo bronquial, provocando una crisis asmática.

Recomendaciones para deportistas con alergia

Si los deportistas con alergia deciden salir a hacer deporte pueden llevar a cabo algunas recomendaciones para minimizar los síntomas, como:

  • Lavarse bien la cara y los ojos antes de salir de casa.
  • Usar gafas de sol.
  • Evitar respirar por la boca.
  • Beber mucho durante la práctica deportiva para prevenir la deshidratación y ayudar a eliminar la mucosidad, así como aliviar el picor de nariz y garganta.
  • Al llegar a casa, quitarse la ropa enseguida y ducharse.
  • Aprovechar las horas con menor emisión de pólenes (entre las 5 y las 10 de la mañana y las 7 y las 10 de la tarde).
  • Aprovechar los días que ha llovido, ya que el ambiente está más limpio y no hay tanto polen en el ambiente.
  • Evitar actividades en el césped, como el yoga o estiramientos, que puedan remover y hacer a la persona entrar en contacto con el polen.
  • Seguir el tratamiento médico prescrito por su médico.

En España, ocho millones de personas padecen enfermedades alérgicas. En el artículo alergia y asma en primavera, los médicos especialistas del equipo médico del Instituto de Neumología NemoTeknon explican cuáles son los pólenes más frecuentes en esta época, las diferencias entre alergia y asma y los posibles tratamientos a seguir en estos casos.

Deportistas con asma

El paciente asmático debe seguir siempre el tratamiento prescrito por su médico. Antes de hacer ejercicio debe asegurarse de no presentar ningún síntoma y de no tener fiebre o infección, ni ninguna otra enfermedad que pueda causar una crisis asmática, y realizar ejercicios de calentamiento, ya que estos producen un efecto broncodilatador que ayuda a la práctica deportiva.

Además, debe llevar encima la medicación que utilizará en caso de síntomas.

  • En caso de síntomas leves: el paciente puede seguir caminando y realizando ejercicios de respiración controlada.
  • En caso de síntomas intensos: colocarse en una posición que facilite la respiración. Administrar el tratamiento con broncodilatadores de inmediato. El tratamiento puede volver a repetirse entre 15 y 30 minutos después si los síntomas persisten.

Si se tiene sospecha de padecer asma se debe acudir al médico para que este realice un diagnóstico y tratamiento adecuado. El equipo del Instituto de Neumología NeumoTeknon está especializado en alergias respiratorias y asma.

Deporte sin mascarilla

Para hacer deporte no es obligatorio ponerse la mascarilla. La Ley 2/2021, de 29 de marzo, “de medidas urgentes de prevención, contención y coordinación para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por la Covid-19”, cuyo decreto ley fue aprobado en junio de 2020, dispone que “en el caso de ejercicio de deporte individual al aire libre y en los supuestos de fuerza mayor o situación de necesidad o cuando, por la propia naturaleza de las actividades, el uso de la mascarilla resulte incompatible, con arreglo a las indicaciones de las autoridades sanitarias, no será exigible”.

Es cierto que el uso de mascarillas disminuye el grado de inhalación de polen, pero para realizar ejercicio dificulta la respiración. Aunque hay pocos estudios al respecto, los expertos advierten que correr o salir en bicicleta con mascarilla puede causar dificultad en la respiración y sensación de asfixia.

Fuentes de información