El asma es una enfermedad respiratoria crónica que se caracteriza por la inflamación y la estrechez de los bronquios. Factores medioambientales como el frío o la contaminación o alérgenos como el polvo o el polen, los productos de limpieza o el tabaco pueden desencadenar el asma.
En España, unos dos millones y medio de personas tienen asma. Dos de cada tres son mujeres y un 12% de la población infantil también padece asma, según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).
Actualmente existen diferentes opciones de tratamiento para controlar el asma y, por tanto, llevar una vida normal y de calidad. Sin embargo, en un pequeño número de casos (menos del 10%), el asma es difícil de controlar.
¿Qué es asma grave?
La Sociedad Europea de Enfermedades Respiratorias (ERS) define “asma grave” como un tipo de asma que requiere un nivel de tratamiento superior con dos tipos de medicación para evitar que se descontrole, o como un asma que permanece sin control a pesar de este nivel de medicación superior.
Cómo saber si tengo asma grave
El diagnóstico del asma grave debe realizarse en unidades o centros especializados en asma, como el Instituto de Neumología Neumoteknon. Los médicos especializados en neumología son quienes confirmarán la enfermedad, mediante el estudio del caso y la realización de pruebas funcionales, analíticas o radiológicas.
Factores que afectan al control del asma
Para realizar un correcto diagnóstico del asma grave deben tenerse en cuenta factores ajenos a la propia enfermedad, pero que por sí mismos pueden contribuir a su difícil control. También hay que tener presentes enfermedades asociadas, agravantes y/o desencadenantes de las exacerbaciones.
- Cumplimiento del tratamiento y técnica inhalatoria. Entre un 50 y un 80% de los casos de pacientes con asma de difícil control están ocasionados por una inadecuada adhesión terapéutica o por una deficiente técnica de inhalación.
- Enfermedades asociadas. Diversas enfermedades, cuando coinciden con el asma, pueden dificultar su control. Las más frecuentes son: reflujo gastroesofágico, obesidad, pólipos nasosinusales, tos crónica, disnea funcional, apnea obstructiva del sueño, alergia al polen o rinitis.
- Agravantes y/o desencadenantes de las exacerbaciones.
- Las urgencias hospitalarias debido al asma se multiplican casi por tres en el caso de las personas que fuman. Los fumadores también tienen menos posibilidades de una buena respuesta a los medicamentos.
- Alérgenos ambientales y ocupacionales. La exposición a ácaros, polen, hongos, epitelios… así como la exposición a agentes ocupacionales, productos químicos nocivos, productos tóxicos o infecciosos… dificulta el control del asma.
- Factores del estilo de vida que afectan al control del asma:
- Trastornos psicológicos como ansiedad, estrés o depresión.
- Contaminación del aire en interiores y exteriores.
- Inactividad física regular o falta de ejercicio.
- Medicamentos: tomar determinados fármacos puede dificultar el control del asma. Es el caso, entre otros, de broncoconstrictores, ácido acetil salicílico o antiinflamatorios no esteroideos.
Tratamiento del asma grave
Como decíamos al inicio, con un buen tratamiento y control, el paciente con asma consigue, en la mayoría de los casos, llevar una vida normal. Solo en un pequeño porcentaje de casos el asma es difícil de controlar.
En casos de asma difícil de controlar el tratamiento debe ser individualizado y requiere asistencia médica periódica. El objetivo es mantener controlada la enfermedad, prevenir las exacerbaciones y la obstrucción crónica del flujo aéreo, reducir los efectos secundarios de la medicación y la mortalidad.
Es muy importante acudir a un médico especialista para que estudie el caso concreto, analice si hay factores que afectan al control del asma y establezca el tratamiento farmacológico más adecuado.
La medicación para tratar el asma puede ser:
- Preventiva: la que se utiliza diariamente para tratar la inflamación de los pulmones, reducir los síntomas y disminuir el riesgo de sufrir un ataque
- Paliativa: la que proporciona un alivio rápido, pero a corto plazo, de los síntomas de sibilancias o falta de aliento.
Medidas preventivas
Junto con el tratamiento farmacológico a seguir debe tenerse en cuenta la educación en estrategias de control ambiental para mejorar el control de los síntomas y/o reducir el riesgo de complicaciones en el futuro:
- Evitar el tabaquismo activo y pasivo.
- Aumentar la adherencia terapéutica y realizar correctamente la técnica inhalatoria.
- Consultar sobre el uso y efectos secundarios de otra medicación.
- Tratar las alergias para ayudar a controlar el asma.
- Considerar la vacunación antigripal (debería ser considerada en pacientes con asma moderada o grave, tanto adultos como niños)
- Considerar la vacuna antineumocócica (aunque no existe evidencia, diversos documentos de consenso la recomiendan en casos de asma grave).
Fuentes de información
Asma grave y de control difícil. ELF European Lung Foundation.
Monografías de Archivos de Bronconeumología. Documento de consenso en asma grave en adultos. SEPAR. Volumen 5. Año 2018.